domingo, diciembre 05, 2010

De trabajos miserables y Frank Sinatra en un astillero.

Más de una vez nos hemos encontrado con esas vendedoras que (disculpen mi francés) francamente les sabe a mierda sin venden o no, que no saben tratar al público y sencillamente odian su trabajo, no sé si es una cuestión de autoestima, forma de ver la vida o simplemente malcriadez.

Quería compartir mi opinión al respecto pero primero les comento que yo, en lo profesional y laboral no estoy donde quisiera, pero estoy mucho mejor que antes, yo soy de esas personas que salen del bachillerato y están errantes de carrera en carrera y no saben qué hacer. Muchas personas están así porque les gustan muchas cosas, a mi me pasa al contrario, no me gusta nada, y lo poco que me gusta, no está disponible en Puerto Ordaz, que es donde vivo.

El asunto es, desde los 17 años he trabajado y he sido: recepcionista, promotora de libros (obvio que no de cerveza, pardiez) cajera, vendedora: de zapatos, revistas, perfumes, ropa. Una vez trabajé en una cadena zapaterías de aqui de Guayana (me rehúso a nombrarlos porque no les haré publicidad), y déjenme decirles una cosa, ¿saben cuál trabajo es coño e madre? Vendedor de zapatos. Cuando trabajas en una zapatería, entiendes el ánimo suicida de Al Bundy . Pero no por eso dejé de aprender cosas de ello. Cada uno de mis empleos los disfruté muchísimo y aprendí demasiado de ellos, cuánto provecho les saqué, conocí gente genial, porque siempre he creído que el hecho de que ser una "simple" vendedora:
  1. No me define como persona: soy muchas otras cosas más.
  2. Este trabajo es sólo el trampolín para cosas más grandes. 
  3. El trabajo no avergüenza, dignifica.
Además:

  • Cuando trabajé vendiendo ropa, aprendí a doblar ropa (en serio).
  • Cuando trabajé vendiendo perfumes, aprendí a identificar el tipo de perfume que le queda a cada tipo de persona (aunque esto puede ser tricky), de marcas y cómo se aplica (tip: NUNCA debes frotarlo, error número uno que cometen quienes dicen que "ese perfume no me dura naaaada").
  • Cuando trabajé de cajera aprendí a pasar las tarjetas por el punto de venta, y créanme, mas de una vez he tenido que enseñar a cajeras aprendices cuando estoy pagando en algún sitio. 

Nunca he creído en tratar mal o discutir con la gente de la calle, ni mucho menos tratar mal a un cliente, porque uno NUNCA sabe, quién va a ser tu próximo jefe, o cuándo y en qué circunstancias volverás a encontrartelos.

En este momento estoy trabajando como analista tec. de seguros en una empresa (de seguros, obviamente) y no tienen idea de cuántas personas que fueron mis clientes en otros trabajos he atendido, se sorprenden, me recuerdan y quieren que sea yo quien los atienda. El trabajo que tengo ahora no es el que yo quiero tener toda la vida, pero he hecho muchos contactos y me han ofrecido trabajo muchas veces y quién sabe qué hay en mi futuro laboral, siempre los cambios que he hecho son para mejor porque (sin ser extremadamente optimista) tengo en mente lo que te mencioné arriba, y que además hay que disfrutar el momento, aunque lo que estés haciendo no sea lo que tu tenías en mente.


Para finalizar, conseguí por allí unos artículos de qué hacían algunos artistas que admiro antes de ser famosos:

Pink trabajó en Mc Donalds durante varios años antes de sacar su primer single "There You Go"

 Johnny Depp (que por cierto se pronuncia como se escribe, si dicen "dip", mueran) trabajó en televentas.... ¡de bolígrafos!


Frank Sinatra trabajó como remachador en un astillero.


Barack Obama era vendedor de helados.


En fin, si haces lo que amas, reconócete como una persona afortunada, y si todavía no tienes tu empleo soñado, haz lo posible por disfrutarlo, vale la pena y las horas pasan más rápido.
Lo que todos los arriba mencionados tienen en común, es que no se rindieron nunca.

Pueden dejar sus comentarios en la cajita que está abajo ó me escriben en twitter a: @Chupetikdeajo



Ah!, lo de los famosos lo saqué de aquí y aquí.